El desarrollo de la motivación empieza siendo
intrínseca por naturaleza. No hay necesidad de
recompensar al niño por sus éxitos durante sus intentos
de ganar control del medio ambiente, porque la
evidencia del éxito es recompensa suficiente, y el niño o
niña se siente motivado por sus acciones. A medida que el niño o niña crece, y establece sus propios estándares,
el alcanzarlos es su recompensa.
Las dificultades surgen cuando los adultos, u otros
individuos dentro del medio ambiente del niño o niña,
establecen estándares externos para el niño,
reemplazando el sistema interno de recompensas por
uno que depende de fuerzas externas para proporcionar
todas las recompensas (caramelos, dinero, alabanza
exagerada
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